Shoshin

¿CÓMO COMENZAR A PRACTICAR?
Es importante al emprender la práctica de artes marciales prestar atención a ciertos conceptos que nos permitirán avanzar de forma correcta.

Shoshin (初心) es un termino importante y habitual usado tanto en la práctica marcial, como en otras prácticas artísticas o ascéticas dentro de la cultura japonesa. Se puede traducir como “mente de principiante” y es la actitud que debe tener cualquier persona que se quiera introducir en la artes tradicionales.  
Esta idea de tener una mente de principiante no esta sujeta solo a las primeras etapas de la práctica sino que será una constante que nos acompañará por el resto de nuestro camino marcial.
El principiante no está sujeto a pre conceptos, es humilde y tiene la mente abierta para recibir nuevos conocimientos, además de que se sabe un ignorante en el tema y entiende que la posibilidad de crecer y mejorar es enorme.
Si en los niveles más avanzados de la práctica se abandona esta actitud, es muy probable que el practicante se quede estancado, no siendo capaz de encontrar nuevos niveles de descubrimiento en aquellas cosas que ya viene practicando desde hace años. 
La posibilidad de crecimiento en la práctica de artes marciales es infinita. La única limitación que existe es la finitud de nuestra vida. Si alguien tuviera la posibilidad de vivir cientos de años, el nivel al que podría llegar, sería muy superior al que se puede lograr en 60 o 70 años. Por lo tanto, saberse un permanente ignorante, incluso luego de décadas de entrenamiento, es clave para lograr un constante avance en el camino marcial. 

Un segundo concepto a tener en cuenta que debe ser combinado con el anterior, es el de junanshin (柔軟心) “mente flexible”. Es la capacidad o predisposición que tiene una persona para abrirse, recibir una enseñanza o modificar un modo de pensar ya existente.
La forma de moverse de un practicante es el vivo reflejo de lo que sucede en su interior. Si el practicante es demasiado rígido o demasiado blando externamente, lo mismo le está sucediendo internamente.

La siguiente frase le es atribuida a Takamatsu sensei:
“Las personas que tienen una actitud inflexible lo muestran muy claramente en los movimientos de su taijutsu. Aquellos que buscan ganar, que utilizan la fuerza, se establecen de una manera rígida en la que si tuvieran una verdadera pelea serían asesinados”

Hay que tener claro que la práctica será la misma para todos. Golpeará muy fuerte a los duros para ablandarlos y muy fuerte a los blandos para endurecerlos. Siempre buscando el equilibrio.
El entrenamiento correcto y su resultado positivo se logran solamente si uno es honesto consigo mismo. Este es otro concepto que es bueno recordar continuamente, magokoro (真心), sinceridad u honestidad. Es primordial para poder avanzar no mentirse a uno mismo y hacer las cosas tal como son planteadas en el dojo.

La práctica no se adapta al practicante, es el practicante el que se adapta a la práctica.

Ir al dojo para tratar de hacer las cosas “a mi manera” no es la forma correcta de seguir el camino marcial.
Se debe aceptar el entrenamiento tal cual es, con las cosas que me gustan y las que no y sobre todo esforzarme por hacer aquellas que no me gustan, porque es ahí donde la parte más débil del espíritu se manifiesta, tratando de escapar de aquello que nos plantea un desafío.

Hoy en día es posible modificar casi todo a nuestro gusto. Esto nos hace creer que al pagar por algo adquirimos también el derecho de cambiar las cosas para que satisfagan nuestros deseos. Es importante saber de antemano que en la práctica tradicional de artes marciales esto no es así.

Es muy común tratar de evitar a toda costa que el budo (camino marcial) exponga todas aquellas características negativas que nos ponen incómodos de nosotros mismos. La práctica marcial en algún momento va a golpear nuestros puntos más débiles. Tenerlo claro y estar dispuesto a enfrentar el desafío de auto superarse será la tarea del practicante. 

Adoptar la práctica de budo es comenzar un camino progresivo que nos irá ofreciendo nuevos niveles a superar continuamente.

Es muy común que cuando una técnica no nos salga pensemos que el problema lo tiene la técnica o el arte. Siempre va a ser más fácil echarle la culpa a otra cosa antes que aceptar que es uno mismo, el que aún no tiene la habilidad suficiente para dominar dicha técnica.

La forma correcta de enfrentar esta situación es practicar de forma repetitiva con constancia y paciencia lo que no nos sale hasta descubrir la solución. A esto lo denominamos
shirabe gata, técnica de investigación, exploración o búsqueda.

Por lo general el instructor será severo y exigente empujando al practicante al límite de su capacidad.
No es una buena idea creer que el instructor es malo, o que tiene algo contra nosotros. Y menos aún esperar que tenga una actitud comprensiva apañando nuestra falta de fuerza espiritual.
Los instructores están para guiar y para ayudar al practicante a superarse, si uno busca consuelo, o que le tengan lástima, el dojo no es el mejor lugar para hacerlo.

Nintai (忍耐), paciencia.
La capacidad del ninja por excelencia. Aprender a luchar contra la propia ansiedad y entender que los buenos resultados llegan con el largo plazo gracias al esfuerzo y a la dedicación. Cultivar la paciencia aprendiendo a perseverar y no rendirse es lo que marcará la diferencia. 

El budo es un largo sendero infinito. Se necesitará de mucho coraje y una mente enfocada para poder seguirlo correctamente. Recordar que no hay un destino final, es clave para darse cuenta de que aprender a disfrutar del camino es uno de los objetivos principales de la práctica.

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